Laboratorio de Etnografía Sonora
La sonorización antropológica de la FaM
Etnografía sonora de la Facultad de Música de la UNAM
Reporte etnográfico de David Quezada
La FaM presenta una masa de sonidos sumamente homogénea. Sonidos de instrumentos tocando música clásica en su inmensa mayoría, distribuidos por la facultad de acuerdo a una sectorización no siempre declarada: el patio de alientos, donde a veces se aventura un chelista o guitarrista, o aquellos raros de etnomusicología; el pasillo del primer piso de los guitarristas, el rincón del segundo piso de los contrabajistas, los pianos de cola del segundo piso sobre el pasillo de los guitarristas, cantantes entonando por donde camina, casi siempre saliendo del baño o cerca de los salones de la pare trasera de la biblioteca, por donde también suenan coros los días de esa clase.

Sonidos de un conservatorio, o eso es lo que se escucha más fácilmente, pero, para empezar, estos sonidos dependen del día y la hora del día, responden a los acomodos administrativos que se han dado a las clases, ya sea que ensayen antes de clase, después -para revisar lo sugerido- o entre otras clases. Así mismo, la saturación de horarios, y de cubículos lleva a que haya muchos ensayando en los pasillos y en los patios, incluso en la cafetería:

Los horarios, y su pésimo acomodo, así como la insuficiencia de cubículos lleva a que se escuchen ronquidos en la biblioteca, ronquidos de alumnos que pasan muchas horas en la escuela y en ocasiones ante el cansancio se recuestan en los mullidos y viejos sillones de la biblioteca Cuicamatini, especialmente por la tarde, cuando uno acaba de comer. No hay cubículos y aún quedan muchas horas por delante, ya sea por una futura clase o en espera de que algún cubículo se desocupe.

La Facultad se manifiesta como un edificio saturado y con necesidades no siempre resueltas con los sonidos de sus habitantes no vivos: el extractor al entrar a los baños, el fluxómetro (cuando se presenta) y el agua que corre al salir de él, en algunas ocasiones la secadora de manos; el viejo y poco cuidado aire acondicionado del salón de órgano y su traqueteo hacia la cafetería, los aires acondicionados en ciertos salones y cubículos, las ventanas poco aceitadas que con tropezones se deslizan, los pianos completamente desafinados o incluso con cuerdas rotas, el pitido de las puertas y checadores de huella digital, lo ventiladores de las computadoras de la biblioteca.

Las relaciones humanas se dejan oír en cada uno de los actores sociales de la facultad, cada uno tiene su sonido: los alumnos y sus instrumentos, sus charlas y sus risas; los administrativos con sus indicaciones y sus silencios; los trabajadores gritando para llamarse el uno al otro y a alguien más, sus llaves y sus artículos de limpieza; los docentes, hablando fuerte y claro, deteniendo y dando consejo, la mayoría de ellos notándose más por lo que hacen decir o sonar y no tanto por lo que ellos mismos dicen.

Todos ellos parte del mosaico sonoro que se conforma en charlas (mismas que siempre pueden ser interrumpidas o puestas en pausa por ese otro que estando ahí no esta pero siempre tiene prioridad):

menos para respondérsele que por el momento no se le puede atender, que se esta ocupado -curioso, siempre pensé que para eso estaba el buzón de voz y ese tono que te dice "el numero que usted marcó esta ocupado, favor de intentarlo más tarde"-), risas, gritos que por lo regular son llamadas (llamadas a la calma, al silencio, a la atención, a pasar por tus molletes a la barra), pasos veloces y lentos, la voz segura del profesor al dar cátedra, la voz determinante de él o ella al pedir que se detenga la música cuando te has equivocado ("no vale la pena seguir tocando si te has equivocado").

Ya que llegamos a esto, SILENCIO: una de las manifestaciones acústicas de poder más fuertes. Silencio en clase mientras el profesor explica, silencio cuando el profesor te pide que pares, silencio en la biblioteca, silencio en la dirección.

Los sonidos DELIMITAN, INVADEN, y OCUPAN UBICUAMENTE los distintos espacios de la FaM:
1.- Deriva sonora:
2.- Efecto delimitación (organista de la faM)
3.- Efecto intrusión (gente charlando y siendo interrumpida)
Imagen 1: afuera de la biblioteca
(viendo hacia la explanada principal)
Imagen 2: primer piso
(viendo hacia explanada principal)
Imagen 3: cafetería
Imagen 4: pasillo entre oficinas
Imagen 5: biblioteca
Reflexiones a partir de la siguiente
4.- Efecto ubicuidad (contrabajo sonando en todas partes)